martes, 25 de febrero de 2014

LAS CARITAS LABRADAS DE SANTA CRUZ TEPOTZOTLÁN


 

A nuestra estimable clientela y amigos en general les damos las gracias por permitir que los días 14 y 15 de febrero se hiciera un ambiente en El Sitio Maya tan propicio para una buena noche en la que tuvimos de cómplice a la luna llena que pareció brillar más que otras noches. Excelente buffette musical y entre los descubrimientos más agradables contamos al grupo orgullosamente tepotzotlaneca Los Chicles a quienes queremos seguir escuchando en nuestros futuros eventos.
 
La banda disfruto de buena música.

Los Chicles, domadores del escenario...

Fue durante la promoción de nuestro evento del 14 de febrero que el día jueves 13 tuvimos la suerte de, mientras repartíamos volantes a la gente, ser invitados por la maestra Griselda Villalobos para asistir a uno de los eventos que con esfuerzo y dedicación ha organizado desde el día en que tomó la dirección de nuestra casa de libros. Por supuesto que asistimos y debemos decir que nos llevamos una gran sorpresa ante el perfomance que en contra de las adicciones a las drogas llevaba a cabo el artista dramático y parapsicólogo Luis Arturo Cancino Popoca quien es oriundo de nuestro municipio y que, según supimos por la misma maestra Villalobos, es un entusiasta promotor del arte y la cultura tanto con sus actuaciones, como con su labor radiofónica y sus labores alternativas, así que si tienen la oportunidad de conocer el trabajo de Cancino Popoca —a quien esperamos verlo pronto en El Sitio Maya— acérquense, no lo duden.
 

Maestra Griselda junto al talentoso Cancino Popoca

El público más exigente salió contento tras la presentación.

Ahora bien, seguimos con nuestras tradicionales reseñas acerca de lugares poco conocidos de nuestro mágico Tepotzotlán. Toca turno a uno de los barrios más desconocidos pero no por ello menos bellos del municipio. Me refiero a Santa Cruz. Me motivó visitar este paraje el que unos clientes de El Sitio Maya me preguntaron si conocía yo unas caritas labradas en tepetate que ellos pensaban prehispánicas, a lo cual respondí con una negativa y con curiosidad por saber de ellas. Pues bien, luego de que me dieron las referencias me dispuse a visitar el paraje la semana siguiente. Llegué a Santa Cruz por la mañana y me interné tal y como me lo explicaron mis clientes. Me recibió su pintoresca iglesia y las callejuelas intrincadas propias de los pueblos serranos.
Iglesia de Santa Cruz.

Detalle de cruz en la barda atrial.

Las cruces están presentes hasta en medio de las calles.

Detalle de Santa Cruz desde los primeros lomeríos, se mira el panteón en la esquina superior izquierda.

Ya desde las faldas de las Tres Cabezas se tiene mayor visión del paisaje, la presa de la Concha se ve al fondo.
Pero en una bifurcación que ellos no me refirieron, tome el rumbo equivocado y bien pronto me vi en lo más alto de las primeras lomas de la sierra. Con tristeza pude testificar el horrendo saqueo a nuestras zonas arqueológicas, pues las pirámides de nuestros antepasados son arrasadas ni siquiera con el cuidado de conservarlas, abiertas en sus partes más altas como si las hubieran destripado. ¿Y las autoridades y el INAH? Bien gracias. Sólo el pueblo, adquiriendo consciencia de su lustroso pasado, podrá tomar dominio sobre su historia y así evitar que se pierda en el olvido.

Pirámide saqueada brutalmente.


Alineación de las estructuras prehispánicas con las puntas de los cerros.

Vestigios de antiguos y fastuosos templos, hoy pila de piedras que los gobiernos y los pueblos  dejan morir.

Detalle de calzada prehispánica que iba de los basamentos a diversos puntos sagrados de la sierra.

Seguí el rastro de una aparente calzada prehispánica que me llevó a las faldas del cerro de las tres cabezas donde visité varias cuevas que desde antes conocía y donde en varias ocasiones pasamos noches extraordinarias a la luz de la luna y el canto del coyote. A pesar de que en esas cuevas se realizaban actividades religiosas desde varios siglos antes de Cristo y que esa costumbre prevaleció durante toda la época prehispánica, con agrado y para beneplácito de los antropólogos, existe abundante evidencia de que para los tepotzotlanecas esos aún son lugares sagrados donde se puede ir a reza o invocar a las diversas fuerzas que nos rodean. Notables petroglifos se conservan donde se representa a una serpiente o lagarto-flor aunque no se puede afirmar con certeza que se trate de una obra histórica, es notable la pericia del ejecutante y la intención simbólica.
Petroglifo cargado de simbolismos.

Difícil saber si la mano humana intervino en este extraño rostro, lo cierto es que quizá motivó...

...a quien dibujó esta otra cara en la entrada de la cueva que está junto al rostro de la foto anterior.

Aún se dejan ofrendas dentro de las cuevas, así como trabajitos de brujería también.

Otro detalle del petrograbado. A la derecha se distingue la entrada a la cueva.

Ya bien avanzada la tarde me di por vencido en mi búsqueda de las caritas labradas de Santa Cruz pero feliz por lo que a cambio había hallado con las pirámides, las cuevas, los paisajes y la fauna. Resignado, bajé a paso veloz por la cañada con esperanzas  de encontrarme con algún tlachiquero para terminar la caminata con un pulque, pero antes de alcanzar el camino, en el recodo de un río de temporal, la joya se abrió a mis ojos: perdidas en la nada, esculpidas en el lecho del cauce, las caritas labradas.
Cañadas que comparten Santa Cruz y San Mateo Xoloc.

Eternos habitantes del monte y músicos de la tarde: la cigarras.

Voladero a mitad de la sierra.

Por supuesto que estas obras no son prehispánicas y así lo delatan a simple vista los temas de las esculturas, pero el nivel artístico de estos trabajos es notable al grado de que deben conservarse como patrimonio cultural de nuestro municipio. Creo yo, en un somero análisis, que mucho tiene que ver con el movimiento cultural que llaman “Arte efímero” o “arte del paisaje” que consiste en hacer obras de alto nivel con materiales que, de antemano se sabe, desaparecerán a la larga. Tal es el caso de las caritas labradas de Santa Cruz. El material de ejecución es el tepetate y deliberadamente el autor las realizó junto al riachuelo que las irá desgastando, y digo deliberadamente porque algunas de ellas tienen las bocas abiertas así que cuando baja el agua da la impresión de que se están ahogando.









A pesar de nuestras exhaustivas pesquisas con pastores locales, no pudimos saber el nombre del genial escultor de estas piezas, ojalá no se pierda en el anonimato, pero de ser así, desde este espacio le damos las gracias por su contribución al enriquecimiento de nuestro entorno y que las musas lo bendigan. No doy pormenores de la ubicación de estas obras ni de las cuevas ni de las pirámides, porque desgraciadamente hay mucha gente que ignora lo que destruye y por hacerse los chistosos unos minutos, destruyen obras de miles de años. Si alguien está interesado en que una caminata con guía por este y varios pasajes serranos favor de contactarnos a tepovillachapayanexas@hotmail.com o bien al 55810334 o directamente en El Sitio Maya: carretera Tepotzotlán-Arcos del Sitio, s/n, San Miguel Cañadas, Tepotzotlán.
Sierra de Tepotzotlán, legado y orgullo de todos los mexicanos...